Voces que alertan (5): Hannah Arendt

 


En 1951 Hanna Arendt escribe en su libro “Sobre los orígenes del totalitarismo” acerca del sueño y el mito moderno del progreso universal, ilimitado e irresistible que ha marcado y guiado la cultura, el pensamiento y la política de la época moderna y que bajo otros nombres como desarrollo, crecimiento, emancipación de ataduras, sigue marcando nuestros pasos hoy pese a las señales en contra. Podemos sustituir y actualizar su lenguaje hoy pero esa ley triunfal del progreso sigue en pie. Vale la pena estar atento a lo que también ella advierte del precio mortífero que este sueño y ley entraña. Dice así:

Este proceso de inacabable acumulación de poder necesario para la protección de una inacabable acumulación de capital determinó la ideología “progresista” de finales del XIX y anticipó la aparición del imperialismo. Lo que hizo el progreso irresistible no fue la ingenua ilusión de un ilimitado crecimiento de la propiedad, sino el advertir que la acumulación de poder era la única garantía para la estabilidad de las llamadas leyes económicas. La noción de progreso del siglo XVIII, tal como fue concebida en la Francia prerrevolucionaria, consideraba que la crítica del pasado era un medio de dominar el presente y controlar el futuro, el progreso culminaba en la emancipación del hombre. Pero esta noción tenía poco que ver con el inacabable progreso de la sociedad burguesa, que no solamente no deseaba la libertad y la autonomía del hombre, sino que estaba dispuesta a sacrificarlo todo y a todos en aras de las aparentemente sobrehumanas leyes de la Historia. “Lo que llamamos progreso es [el] viento…[que] impulsa [al ángel] de la Historia irresistiblemente hacia el futuro, al que vuelve la espalda mientras la pila de ruinas ante él se alza hasta los cielos” (como escribió W Benjamin en su Tesis I) (*)

(*) Ver “Voces que alertan” ( 2) y (3) en este mismo blog.

EM

Septiembre 2023



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