Voces que alertan (2)

 

De nuevo la voz de A. Camus pide paso. Si en los años 50 del siglo pasado advertía de la tarea pendiente para su generación, heredera del desastre de la II Guerra Mundial, hoy sus palabras siguen interpelando a la generación actual testigo del vaciamiento de la inteligencia en nuestras democracias. Pero entonces ¿qué hemos hecho de ella?, ¿qué tarea será posible sin inteligencia cuando hemos desactivado nuestra capacidad intelectual?

Así hablaba Albert Camus cuando recibió el Nobel en 1957: “Cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo rehará. Pero su tarea quizá sea más grande: consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida, en la que se mezclan las revoluciones frustradas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos y las ideologías extenuadas; cuando poderes mediocres pueden destruirlo todo, pero ya no saben convencer; cuando la inteligencia se ha rebajado hasta convertirse en criada del odio y la opresión, esta generación ha tenido, en sí misma y alrededor de sí misma, que restaurar a partir de sus negaciones, un poco de lo que hace digno el vivir y el morir”.

EM




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