Marc Augé, les petites alegries i el "no-lloc"

 


Fa uns mesos, ja dintre de 2020, l'editorial Àtic dels Llibres va publicar el llibre de Marc Augé, Les petites alegries. La felicitat de l'instant, traducció de la seva obra original en francès Bonheurs du jour

Tot aquest tema de les petites alegries queda resumit en la breu ressenya que en fa la mateixa editorial: 

 Una reflexió deliciosa sobre la felicitat A la vida hi ha moments de felicitat sobtada i inesperada que es produeixen fins i tot en les situacions més difícils i que impregnen la nostra memòria. Són les petites alegries, senzilles però intenses: retrobaments amb una persona, un paisatge, un llibre, una cançó o una pel·lícula que ens parlen de les relacions, la solitud, el passat, el futur i, en definitiva, de l'essència de l'ésser humà. Marc Augé, un dels antropòlegs més importants del nostre temps, desgrana per què necessitem les «petites alegries» en aquest diari íntim de la felicitat i estableix un diàleg amb el lector mentre viatja per records, memòria i experiències comunes a totes les persones. Una deliciosa joia que ens farà descobrir la importància de les petites alegries.

Un tema recurrent en l'autor és el del 'no-lloc' i ens l'explica el mateix autor en una entrevista que, amb ocasió de la publicació del llibre en castellà, Las pequeñas alegrías, li fa Carles Geli a El País el 31 de gener de 2019. N'hem seleccionat un parell de paràgrafs que ens semblen ben significatius i de gran actualitat:

P. Toda su obra, y en este libro también, destaca la importancia de las relaciones sociales, de que nos hacemos y cobramos sentido cuando nos relacionamos con los otros, pero hay encuestas en EE UU  que detectan ya que los jóvenes prefieren interactuar en las redes sociales que quedar físicamente. ¿Tenemos miedo a tratarnos cara a cara?

R. Es el gran mal de las redes, que están trastocando la naturaleza misma de la relación humana, alteran espacio y tiempo: puedes contactar con alguien en cualquier lugar y circunstancia, cuando relacionarse con el otro necesita dedicar un tiempo y un espacio concretos. Es paradójico: las redes sociales están destruyendo las relaciones sociales. La gente debería detectar que no es suficiente lo que nos dan las redes. Y pasa también que provocan que los efectos de reconocimiento sean sustituidos por los efectos de conocimiento: vemos a un presentador de televisión como si lo conociéramos, pero solo lo reconocemos; y eso pasa con todo y con todos.

 

P. En 1992, al detectar los no lugares, los ubicó en extrarradios, aeropuertos… ¿No tiene la sensación de que se han trasladado ya al centro de las ciudades, todas iguales con las mismas megatiendas, un shopping donde solo habla la tarjeta de crédito?

R. Yo iría más lejos: hoy se puede decir que el no lugar es el contexto de todo lugar posible. Estamos en el mundo con referencias que son totalmente artificiales, incluso en nuestra casa, el espacio más personal posible: sentados ante la tele, mirando a la vez el móvil, la tableta, con los auriculares… Estamos en un no lugar permanente; esos aparatos nos están colocando permanentemente en un no lugar. Llevamos el no lugar encima, con nosotros...

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