En una entrevista amb Kalinina Ortega publicada a El Nacional de Caracas el 21 de novembre de 1983, Juan David García Bacca exposa com ell se sent responsable de la societat en la que li ha tocat viure. Li dona el nom de responsabilitat limitada. Com que a mi m'ha sigut ben útil llegir-ho i meditar-ho, he pensat que podia ser-ho també per a altres i per això en transcric a continuació els trossos que em semblen més rellevants:
[...] todo lo que está pasando en el mundo y en Venezuela, lo tomo como si fuera una tempestad. Y frente a tempestades yo no peleo ni discuto. Me meto en casa para hacer lo que puedo.
[...] Hay muchas maneras de intervenir. Cuando todo el mundo está revuelto, es mejor hacer un examen de conciencia, lo que llamo responsabilidad limitada. Uno debe saber, cuando el mundo anda muy complejo, cuál es su obligación y cómo puede llevarla a cabo. Si después de semejante examen de conciencia, notas que sólo puedes hacer una cosa muy pequeña, sobre eso responder personalmente, pero no de lo demás, porque lo demás se acepta con igual neutralidad y paciencia, como usted acepta el mal tiempo político o el mal tiempo social, o el mal tiempo económico, o el mal... Yo simplemente he hecho examen de conciencia de lo que puedo hacer política, social, económica, filosóficamente, etc. Y veo que lo que puedo hacer yo, definitivamente, además de hablar tonterías o vulgaridades, es simplemente, hacer una cosa para que la gente se dedique a pensar. Hacer que la gente piense, todo lo demás no puedo manejarlo ni hacer absolutamente nada.
Es necesario pensar no sobre lo que se dice, sino sobre las cosas: la economía, la política, los problemas sociales, la universidad, el partido... Es pensar de manera personal, sin descargar su responsabilidad en partidos, en gente ni en nadie. Porque generalmente la gente es comodona, cree lo que se dice ha de creer, obedece a lo que les han mandado, o no obedecen, porque la obediencia es lo más cómodo que hay, al permitir descargar la responsabilidad en otros. Por eso, lo que hago ahora en todo lo que escribo es enseñar a pensar, y no enseño a la gente ninguna clase de dogmas. Por eso mi responsabilidad es bien limitada, a una cosa también bien limitada. En lo demás: política, economía, etc., eso, que cada cual lo piense en particular.
[...] hablar en público, estar gritando, es más fácil, eso lo hacen los cómodos. Escribir es más difícil, sobre todo para hacer pensar a la gente. Lo otro, gritar y decir vulgaridades, lo hacen los comodones, ya lo dije.
[...] yo soy impotente respecto de los gringos que se metan en Granada y yo no puedo hacer nada, soy impotente respecto de los rusos que se meten en otras partes, soy impotente respecto de las empresas que cada día roban por todas partes, soy impotente frente a tanto político embustero, soy impotente frente a todo eso, pero soy impotente con un matiz muy especial: que no me siento obligado en conciencia a intervenir activamente para corregir eso, sino muy indirectamente, dando el buen ejemplo.
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