Es habitual aceptar que el modelo occidental de cultura en
vigor se ha vertebrado a partir de la
Ilustración en torno a un modelo basado
en la autonomía del individuo y de la razón para conocer y para actuar, en la
desvinculación del pasado y de la religión como autoridad del pensar y
hacer, y en el ideal del progreso
indefinido material, social y moral.
Todo lo que no correspondía a esta lógica era considerado
irrelevante teórica y prácticamente, en el orden del conocimiento y en el orden
de la ética-política. Por tanto el coste de esta lógica ha sido y sigue siendo
la exclusión, la eliminación, el desentendimiento y olvido de lo que no
encajaba en esos patrones.
Las consecuencias
perversas producidas históricamente como genocidios, deportaciones, daño social masivo, sufrimiento humano se han
visto como un coste necesario e
imprescindible a pagar aunque sin relevancia cultural y política. Cuando se
constata que estas consecuencias bajo formas y nombres diversos son una
constante permanente en la historia se convierten en condición de posibilidad de
esta misma lógica tanto en su justificación como en su realización.
¿Desde dónde poder abordar entonces esa realidad
histórica que tenga en cuenta también
esa otra cara de la realidad, es decir el precio pagado sobre el que se ha
montado la historia? Es aquí donde se impone un volver a pensar, revisitar el camino
de conocimiento y praxis realizado a partir del reconocimiento de lo que se ha
considerado irrelevante.
En este nuevo itinerario cultural la categoría de la memoria
se ofrece como referente ineludible que nos permite hacer presente esa oscura
realidad sucedida pero desconsiderada y
también como posibilidad hermenéutica y política de hacerse cargo de lo que
ha sido excluido de la lógica moderna
que nos ha configurada hasta hoy.
EM
EM
Comentaris
Aquest text ens ajuda a veure d'on prové aquesta barbàrie que impregna fins a les consciències a tota la societat. Hem de tornar enrere i fer memòria, analitzar aquests tres punts que provenen de la Il·lustració i que ens han portat on som; només així, des del pensament i des de la memòria podrem fer front individualment i socialment a la monstruositat en què vivim resignadament i sense entendre com s'hi ha pogut arribar. Cap a un canvi cultural en profunditat que pugui obrir perspectives radicalment diferents. El clam de les víctimes ens esperona i ens deixa sense excusa de replantejar-ho tot; per la via del pensament i de l'acció hem de tallar les nostres complicitats.