La vida com a obra d’art

Tota la creació cervantina i d’una manera molt singular al Quixot, ens porta a pensar la vida com a obra d’Art, anticipació i possibilitat oberta sense limitacions; alliberament dels assetjaments, determinacions, definicions, coves, presons, termes i fronteres infranquejables per a la voluntat i el pensament. Sorgeix vibrant el tema quixotesc, vital de l’horitzó obert, flexible i creixent, concret i en ardent difusió. Temps de creació, de projectes, d’imaginació, de reobrir la tanca de la història amb una nova oportunitat; això és sempre el temps: oportunitat, moment, assaigs reversible, creació de noves formes de viure…, art.
     Com diu el cervantista J.B. Avalle-Arce:
     Don Quijote de la Mancha fue un hombre que erigió a su imaginación en credo, fue un hombre que hizo de la ficción la razón de su vida, fue un hombre, en fin, con cuya vida se urdió la primera novela moderna y la más grande de todos los tiempos. […] elevó su vida al nivel del arte, con gesto de olímpico desdén hacia la prosaica realidad, y a pesar de que esta realidad le abrumaba las costillas. Al impulsarle hacia dicha superación, su creador reveló para siempre esa taracea tenue y delicada que forma, de manera casi paradójica, la mezcla inextricable de realidad y ficción que llamamos vida.
     […] Con arte maravilloso Cervantes nos presenta al protagonista del Quijote sin el determinismo milenario de sangre, familia y tradiciones. Está en estado adánico, el estado óptimo para inventarse su proyecto de vida. Y desde el momento de su autobautismo Don Quijote de la Mancha ha decidido, en forma implícita al menos, hacer de su vida una obra de arte.

Comentaris

Ramon Gabarrós ha dit…
Podem completar-ho amb un altre text del mateix llibre en què Avalle-Arce comenta:
"[...] la clave del vivir es inventarse un personaje, un plan de vida, que luego se vive a diario, con variantes impuestas por las circunstancias. [...] nuestro hidalgo, ya machucho, decide hacer frente a sus circunstancias, y contra viento y marea se hace su plan de vida, que vivirá con dedicación plena --la única que admite la existencia-- hasta sus últimos momentos. En este sentido, la inmensa mayoría de nosotros somos Quijotes fracasados, ya que nuestros pobres proyectos de vida se dejan imponer siempre por las circunstancias. El atractivo perenne de Don Quijote para todos los hombres del mundo ha sido siempre su ejemplo de subyugar a las circunstancias, a pesar de costillas hundidas, dientes rotos y palos diarios."